
¡Feliz Año Nuevo!
Termina el 2018 y empieza el 2019. Un año más.
El 2018 ha sido uno de los años más retadores y de transformación en mi vida. Sucedieron algunas cosas que jamás hubiera imaginado, y muchas que no me esperaba. Es un año que a fin de cuentas agradezco, y que aprecio más que años anteriores, pues ha estado lleno de vida y me ha empujado a crecer.
Sospecho que, para muchos mexicanos, ha sido también un año significativo. Al menos estimo que lo fue. Hubo intensas expresiones de nuestras opiniones políticas, y al menos en apariencia, se gestaron cambios en nuestro país cuyo resultado no sabremos por un tiempo. Mucha gente piensa que estos cambios serán para bien, mientras que muchos otros piensan que serán para mal.
Es interesante cómo culturalmente tenemos la costumbre de llamar ciertas cosas “reveses” y otras quizás “bendiciones”. Se nos enseña desde muy temprana edad a llamar a los eventos “buenos” y “malos”. Si pasa algo “bueno” debemos estar contentos, y si pasa algo “malo”, debemos ser infelices.
Desde cierta perspectiva se podría decir que 2018 fue un año “malo” para mi… tuve que sortear algunas de las situaciones más complicadas que he enfrentado en mi vida, perdí casi 800 “amigos” en Facebook, y el proyecto al que le he dedicado la mayor parte de mi vida adulta fue destruido.
También se podría decir que el 2018 fue un año “bueno” para mi… mis hijos dejaron de ser bebés, volví a sentir la pasión por emprender, aprendí que es importante confiar en mis instintos, recuperé relaciones importantes de mi pasado, y me di cuenta de que es cierto que “lo que no te mata te hace más fuerte”.
En una de las escenas finales de la película “La Guerra de Charlie Wilson”, Charlie Wilson, interpretado por Tom Hanks,está celebrando su “victoria” al haber expulsado a los rusos de Afganistán. Su principal colaborador, Gust Avrakotos—un agente de la CIA interpretado por el ahora difunto Philip Seymour Hoffman—en vez de celebrar, le dice “ya veremos”. Cuando Charlie Wilson no comprende su aparente falta de entusiasmo, Gust comparte con él la metáfora del niño y el maestro zen.
En esta metáfora, un niño de un pueblo recibe de regalo un caballo. La gente del pueblo dice “¡qué bueno!”. El maestro zen dice “ya veremos”.
Unas semanas después el niño se cae del caballo y se rompe una pierna, quedando cojo. La gente del pueblo dice “¡qué terrible!”, y el maestro zen dice “ya veremos”.
Tiempo después, estalla una guerra, y todos los jóvenes del pueblo son conscriptos. Excepto que el joven de la metáfora no puede ir a la guerra, pues está cojo. La gente del pueblo dice “¡qué afortunado!”. El maestro zen dice “ya veremos”.
Con esta metáfora, Gust trató de comunicarle a Charlie Wilson que su victoria en Afganistán no necesariamente era motivo de celebración—pues el país tenía muchos retos sin resolver—y“ganar” la guerra fría contra los rusos no necesariamente traería consecuencias deseables para los Estados Unidos. La película propone que esta “victoria”, y la falta de un gobierno viable en Afganistán en ausencia de los rusos, contribuyó a que prosperara el régimen Talibán en ese país, y a los problemas de terrorismo que EEUU enfrentó a principios de la década pasada.
Pienso que es buena idea abordar los eventos “buenos” y “malos” de la vida con esa filosofía de la metáfora del maestro zen. A fin de cuentas, los efectos de nuestra “fortuna” presente siempre pueden sorprendernos en el futuro. Y los efectos de las “cosas malas” que suceden hoy, pueden traer beneficios insospechados. Hoy más que nunca creo que habiendo vida, toda la vida es bienvenida.
Considero este año que termina el mejor año de mi vida: el año en el que más he crecido, el año que más oportunidades he visto abrirse para mí, el año en el que reafirmé que los amigos son la familia que he elegido, y que aún la familia consanguínea la elijo yo.
Conforme escribo estas líneas y pienso en todo lo que el 2018 ha sido, no puedo dejar de imaginar lo que el 2019 será. ¡Es emocionante!
Quiero concluir deseándoles a todos un feliz Año Nuevo, pero muy diferente a otros años. No les deseo un 2019 libre de dificultades ni conflictos, porque sin ellos nunca crecerían. Si eligen ser honestos y francos, seguramente a mucha gente no le gustará, pero entonces sabrán quienes sí son sus amigos y quienes no. De igual forma les deseo que lloren mucho, algunas veces de alegría, algunas otras de tristeza, e incluso a veces de coraje. Todo es parte de vivir.
Ojalá que se sigan asombrando de la grandeza de la vida, pero también de las cosas pequeñas. Que no pierdan esta capacidad, y que no se “acostumbren” a lo que tienen. Que elijan buscar y encuentren siempre la razón por la que seguir valorando, trabajando y agradeciendo. Y si hay algo del 2018 que no lograron intentar, que resuelvan su conflicto interno y avancen,o por lo menos que aprendan a vivir con su decisión de no intentar, aceptando honestamente las consecuencias. Eso, por lo menos, siempre les permitirá adueñarse de su destino.
¡Feliz 2019!
Te adoro!! Feliz año! Nos vemos pronto 😊😘😘😘
Feliz Año mi Alex!!!
Increíble post 🙏🏻❤️🥰
Te quiero mucho alex, feliz año nuevo
Hannan
Tan bien dicho!
Feliz año Alex, gracias por tus contribuciones a mi vida. Y a tantos.
Te mando un abrazo fuerte, con mucho mucho cariño
No dejes de escribir.
Me gusto mucho tu post, Gracias por compartir Alex. Un muy buen 2019 para ti.
Mi estimado Alex, un fuerte abrazo 🤗 para ti y toda tu familia… gracias por tus palabras y tus puntos de vista acerca de la vida. Seguimos en contacto y q tus proyectos e ideas sigan adelante.
Seguimos en contacto
Me gusto mucho lo que escribiste Alex! Muchas gracias!
Muy feliz año!!!