
Hablemos de suicidio.
El pasado martes fue el día internacional de la prevención del suicidio. En todos los países incluyendo México el número de personas que escogen quitarse la vida va en aumento. Es la décima causa de muerte a nivel mundial.
Hace unos días leí un artículo en el que se narraba la tragedia que vivía una familia en la que un niño de ocho años de edad se había suicidado porque le habían quitado el teléfono celular a la hora de la comida. ¡Ocho años!
Creo que la mayoría de nosotros estamos de acuerdo en que es un tema complicado, controversial y cargado de emociones. Sin embargo es algo muy humano. Desde que los seres humanos somos humanos ha habido personas que se han quitado la vida. No estoy seguro de que haya otro animal que lo haga.
Independientemente de cuál sea nuestra postura personal me parece que lo que hay que lograr es que el suicidio pase de ser un tema tabú a algo de lo que hablemos en nuestras familias, con nuestros amigos, en las escuelas, las iglesias, clubes sociales, etc. Necesitamos hablar de esto en todos lados, es un comportamiento que probablemente nunca va a cesar, pero creo que en la mayoría de los casos se podría prevenir o disuadir.
Evidentemente hay muchas posturas, creencias y opiniones al respecto. Si crees en la vida después de la muerte, si eres ateo o agnóstico, si eres religioso o espiritual. Además de las implicaciones legales y sociales que cada uno de los distintos países tiene.
Personalmente creo que el que una persona mayor de edad deliberadamente quiera quitarse la vida debería ser considerado un derecho humano y no ser criminalizado. Esto no quiere decir que yo esté fomentando este acto ni mucho menos. Simplemente creo que de no ser así se violan ciertos principios básicos de libertad con los que yo estoy de acuerdo.
Uno de los grandes mitos de este tema y que hoy en particular muchos gobiernos del mundo están promoviendo es que anteriormente se creía que hablar abiertamente del suicidio podía fomentarlo. De hecho, es todo lo contrario. Se ha demostrado que hablando y sacándolo a la luz es una de las maneras más efectivas de poder atender esta situación.
Otra cosa que personalmente he experimentado y recomiendo ampliamente es lograr empatizar lo más posible con las razones por las cuáles alguien quisiera tomar esta decisión. Pongámonos en sus zapatos. Hay que darnos cuenta que no es tan extraño y no es tan ajeno a nosotros. Probablemente existan ciertas circunstancias bajo las cuáles nosotros mismos podríamos considerarlo, tal vez incluso ya lo hemos hecho. Eso no es vergonzoso.
Por último, la aceptación de la realidad y rendirnos ante la idea de que si alguien en verdad quiere quitarse la vida lo va a poder hacer. No hay mucho que se pueda hacer fuera de lograr que ellos cambien de opinión y logren ver otras opciones para su conflicto o dilema y escojan vivir. Si, la vida hasta cierto punto es una elección que hacemos día a día.
Estoy convencido de que estar vivo es el mayor privilegio que tenemos, intento aprovechar de cada momento sea bueno o malo. Pero también comprendo que hay múltiples razones por las cuáles alguien quisiera dejar de estarlo.
Hablemos del tema, dejemos a un lado nuestros propios prejuicios y sobretodo nuestros propios miedos. Tal vez haciéndolo logremos algo increíble y podamos transmitir y convencer a alguien de tomar la mejor decisión para ellos.
Yo estoy dispuesto, estoy disponible. Si te interesa hablar del tema ya sea porque tú mismo lo estas considerando, porque sabes de alguien que lo está haciendo o simplemente porque nunca has hablado de esto con alguien aquí estoy. ¡Hablemos!
Me gustas leer lo que escribes Alex, es muy enriquecedor y me ayuda mucho a seguir creciendo como persona…!!!!