No es un error, es un suicidio.

Desde el momento en que se decidió seguir adelante con la “consulta” se cometió un error garrafal. Ese si fue error. Porque fuera el que fuera el resultado la farsa ya se había concretado. 

Pretender que esta consulta fué un ejercicio democrático es lo que me parece más grave de todo este asunto, maquillar el capricho y la ilegalidad es un terrible preámbulo de cómo quiere actuar la nueva administración. Todavía no son gobierno y ya hay un fraude a la población. 

Personalmente no tengo ningún interés económico en ninguna de las opciones propuestas, y aunque soy un usuario frecuente (cálculo que utilizo los servicios del aeropuerto muy por encima del promedio) no me considero calificado para emitir una opinión técnica al respecto. Mi preferencia por Texcoco simplemente se basa en la información económica que tengo y las conclusiones a las que llego con esa información.

No hace falta ser un experto para hacer números y darse cuenta que terminar Texcoco es más barato que cancelarlo. 

El desprestigio internacional que se verá reflejado en una cantidad importante de demandas y litigios en contra de la nación; sumado a la desconfianza que esta decisión generará en la iniciativa privada nacional e internacional, va a tener consecuencias devastadoras para nuestra economía. 

Siempre he estado a favor de aceptar nuestros errores y de desmitificar que no los cometemos. Errar es de humanos. Algunas personas le están llamando el “Error de Octubre”. Esto no es un error, esto es un suicidio económico.

Tanto el fondo como la forma de todo este asunto están podridos. 

Si esta va a ser la forma en la que la nueva administración va a tomar las decisiones trascendentales para nuestro país, empiezo a perder la esperanza que había mantenido en estos meses. 

Sr. Presidente Electo, como usted bien lo ha dicho cambiar de opinion es de sabios. Reconozca que hacer la consulta fue un error y ejerza con responsabilidad la autoridad que el pueblo de México le dio, cancele la consulta y Texcoco para adelante.